Un año más, el 8 de Septiembre es un día señalado dentro del calendario litúrgico de nuestra Hermandad. Celebramos la festividad de la Natividad de María y, como es habitual, los hermanos de esta corporación nos reunimos en nuestra sede de la Iglesia Mayor Parroquial, en torno a la imagen de nuestra Sagrada Titular, para rendirle culto con motivo de esta solemnidad.

Nuevamente las restricciones con motivo de la pandemia de Covid-19 son desgraciadas protagonistas en cualquier acto de la Hermandad. La distancia de seguridad y la mascarilla, son de obligado cumplimiento en nuestra parroquia, lo que condiciona lógicamente cualquier celebración.

La Solemne Función fue oficiada por el recién llegado vicario parroquial el Rvdo. Padre D. Francisco José Aragón Calderón, el cual en su homilía destacó el papel de María, desde la anunciación hasta el traslado al sepulcro, como reflejo del verdadero amor cristiano, haciendo especial mención al instante de su “Soledad” al pie de la Cruz. La celebración contó con la participación del cuerpo de acólitos “Cristo de la Redención” y estuvo amenizada al órgano por D. José Gonzalez García.

Nuestra Señora de la Soledad, vestida para la ocasión por D. Juan Guerrero Pérez, lucía en su camerín, con saya y manto burdeos con encajes dorados y tocado color hueso. En su pecho el puñal de orfebrería, y en sus manos un pañuelo a juego con el tocado. Se alumbraba el conjunto con seis candelabros de cera blanca y se exornaba con un centro de flores blancas.

Numerosos hermanos nos acompañaron en la celebración, lo cual se agradece, a pesar a las limitaciones que venimos sufriendo.